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Y si de confesión se trata, me declaro Culpable (a lo Héroes del Silencio) de:
Pensar todo muy poco.
Odiar la lluvia porque no me gustan los paraguas.
Haber engordado muuuuchos kilos en los últimos meses.
Tener miedo de demostrarle a la gente lo mucho que me importa.
Mentir compulsivamente boludeces porque si.
No hacer muchas cosas que quiero hacer por que me avergüenza que los demás sepan que quiero hacerlas.
Tratar de controlarlo todo.
Empezar algo para nunca terminarlo.
Mantener mi postura de mal humor que detesto, pero que no puedo dejarla.
“...Ofrecerme a tus rodillas y no querer quedarme...”
1 comentario:
Lo bueno de declararse culpable es reconocer qué cosas se están "haciendo mal". La mitad del problema solucionado.
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